REFLEXIONES CPTLN-PY
28 de diciembre de 2023
La ropa de la salvación
Lectura: 📖 “Yo me regocijaré grandemente en el Señor; mi alma se alegrará en mi Dios. Porque él me revistió de salvación; me rodeó con un manto de justicia” (Isaías 61:10)
Esta semana, innumerables personas corrieron a las tiendas para intercambiar los regalos recibidos por Navidad que venían defectuosos o no le quedaban. Las tiendas reciben, por ejemplo, la ropa que se ha vuelto demasiado grande o demasiado ajustada, y la cambian por una que realmente le queda bien a esa persona.
El profeta Isaías le estaba hablando a un pueblo que había regresado del cautiverio en Babilonia y que ahora estaba de vuelta en su país completamente destruido. La realidad era desalentadora. Y en medio de esta triste escena, el profeta transmitió a la gente una razón por la que podían regocijarse. La única razón para regocijar al pueblo de Israel, que regresaba a su lugar destruido, así como a nosotros, es el «manto de salvación» con el que Dios nos vistió a través de la fe.
Ese manto de salvación es Jesús, que nos une a Dios de una manera nueva. Con este «manto de salvación» nos regocijamos y alabamos a Dios por su inmenso amor. Ese es el verdadero gozo que viene de Dios. Es por esta razón que el profeta Isaías alabó a Dios diciendo: «Yo me regocijaré grandemente en el Señor; mi alma se alegrará en mi Dios» (Isaías 61:10).
En Jesús, que nació en Belén, hemos sido revestidos y recibidos en la familia de Dios y nos hemos convertido en herederos de la salvación. Y así fuimos liberados de la condenación eterna.
Dios en su inmenso amor no nos deja tristes y abandonados. Así como cuidó de su pueblo en el Antiguo Testamento y lo guió, así cumple su promesa de cuidar de nosotros. En el nuevo año que viene, las oportunidades se renuevan, gracias al amor del Padre celestial que perdona todas las cosas, y así podemos renovar nuestra esperanza y regocijarnos en el «manto de salvación» de Jesús, quien pagó por nuestros pecados.
Oremos: 🙏 Bondadoso Padre celestial, enséñanos a no confiar en nuestras propias acciones manchadas de pecado. Haz que encontremos consuelo y perdón en Cristo, el «manto de salvación». En su nombre. Amén.
Autor:Alessandro Gustavo Souto
Traducido del devocionario 5 Minutos Com Jesus – Hora Luterana Brasil.
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